Menos de tres
años después de la llegada de Nyel a Reims funcionaban en la villa del champán
tres escuelas para pobres de la comunidad de De La Salle y el laonés. Como la
satisfacción parecía imperar, comenzaron a proponerles la apertura de otras
escuelas en los alrededores. Por ello, a principios de 1682 De La Salle , que se estaba
ilusionando más y más con el proyecto de las escuelas, decidió enviar a Nyel a
estudiar algunos ofrecimientos que le habían llegado, tomar decisiones sobre el
terreno, a la vista de las circunstancia concretas, y organizar las nuevas
escuelas que pudieran surgir; a fin de cuentas, el que sabía de estas cosas era
Nyel y no el canónigo. Así surgió la escuela de Rethel; luego, seis meses más
tarde, la de Guisa[1],
y por fin la de Laon, tierra natal de Nyel.
Tres años largos
estuvo este ocupado en la fundación de escuelas para pobres por poblaciones más
o menos cercanas de Reims, pero, en definitiva, lejos de la capital, donde
continuaba siendo De La Salle
quien se ocupaba de la comunidad de maestros y sus escuelas. Llegó así el
verano de 1685 en que Nyel sorprendió a todos anunciando su decisión de
regresar a Ruan, donde moriría un par de años más tarde, el 31 de mayo de 1687,
pobre, como había vivido, entre los pobres del Hospicio General a quienes había
servido con generosidad y entrega encomiables.
Pero, ¿la
retirada de Nyel fue realmente una sorpresa? ¿O era algo que, al menos él,
tenía bien pensado cuando seis años antes llegó a Reims? Porque a propósito de
su figura resulta conveniente plantearse algunas cuestiones, por más que las
respuestas que se ensayen no puedan estar basadas en ningún documento de su
mano, ya que nada de lo que él pudiera haber redactado ha llegado hasta
nosotros.
Durante casi los
tres primeros años de la fundación lasaliana, Nyel no se movió de Reims y, en
estrecho contacto con el canónigo De La Salle , fue enseñándole muchas cosas sobre las
escuelas para pobres y sus maestros, y convenciéndole de adoptar ciertas
decisiones; surgieron así las primeras escuelas y se organizó un primer esbozo
de comunidad de maestros. Por aquel entonces, probablemente, las cosas
funcionaban más al estilo de Nyel que al del canónigo. Luego, por propia
iniciativa o por necesidades de la fundación, Nyel se alejó de Reims, y el
proyecto comenzó a marchar en aquella ciudad por otros derroteros, seguramente
más cercanos a lo que De La
Salle pensaba y deseaba.
Parece claro,
por ejemplo, que, a partir del alejamiento de Nyel, la comunidad de maestros de
Reims comenzó a estructurarse de manera más firme: se fijó el nombre oficial
del grupo, un hábito peculiar, un reglamento, etc., al tiempo que el Señor De La Salle comenzaba a trabajar
con seriedad la interioridad de los maestros, pilar básico de su compromiso y
estabilidad en la misión. Comenzaba ya más a ser la comunidad sólida que,
probablemente, De La Salle
deseaba que aquel grupo un tanto delavazado de maestros que Nyel había
promovido en Ruan. Adrián no estaba allí; no sabemos si compartía esas
decisiones o si, quizás, incluso, ni siquiera se las consultaron...
O tal vez estaba
de acuerdo, pero prefirió permanecer en la sombra, convencido de que su
verdadera comunidad, su lugar, estaba en Ruan. Quizás no se enteró demasiado al
detalle o prefirió no meter baza para no interferir en un proyecto que, en
definitiva, no era el suyo. Puede que el modelo remense, en el fondo, no se
pareciera demasiado al que él pretendía configurar, probablemente al estilo de Ruan,
a partir de un determinado Hospicio General que acabaría por construirse en
Reims y dependería del municipio.
Puede asimismo
que, sencillamente, sobrepasados ya ampliamente los sesenta años, por aquella
época edad muy avanzada, se sintiera cansado o enfermo, o próximo al fin. Quizás
Nyel no hubiera tenido, desde siempre, otra idea que cumplir de la mejor manera
posible el encargo de la
Señora Dubois , para regresar luego a Ruan; y cuando vio que
el proyecto de las escuelas para pobres en Reims estaba en buenas manos y
marchaba por vías de franco desarrollo, entendió que su trabajo había terminado
allí y decidió regresar a la capital normanda, donde en el fondo estaba su vida
y su corazón... No sabemos qué pasó; el caso es que Nyel se retiró del proyecto[2].
Ciertamente
durante esos tres años y pico, entre principios de 1682 y el verano 1685, en
que Nyel trabajó por los alrededores de Reims mientras De La Salle se encargaba de los
maestros de la ciudad las cosas evolucionaron con rapidez. Tal como cuenta el
Hermano Bernard, el primero de los biógrafos del canónigo, en la práctica “el Señor
Nyel dirigía las tres casas de Rethel, Guisa y Laon, mientras que el Señor De La Salle dirigía y formaba la
de Reims”. Es curioso que, según este Hermano, ambos dirigieran las casas, pero
solo Juan Bautista formara la suya. ¿Qué significa aquí ‘formar’? Sea cual sea
la respuesta, resulta evidente que se han configurado dos redes distintas de
escuelas: la de Reims, animada por De La Salle , cuyos maestros, que ya no son los que
apalabró Nyel, viven en una única casa, aunque trabajen en tres escuelas
distintas; y la de Nyel, repartida por la región, con tres casas en tres
poblaciones distintas, bastante alejadas entre sí, en cada una de las cuales
vive un par de maestros —tres a lo
sumo— que se ocupan de las escuelas de
esa localidad.
Parece
claro que la relación entre ambas redes no se perdió nunca, y que, para
desesperación de De La Salle ,
Nyel nunca dejó de solicitar maestros al canónigo cuando
Así llegó la
decisión de Nyel de regresar a Ruan. De La Salle , que no tenía ninguna
obligación de hacerse cargo de las tres escuelas, que funcionaban lejos de
Reims y bajo los criterios de Nyel, pero que había caído ya en el providencial
embrujo del apostolado escolar, se decide a aceptar el reto y a encargarse
también de aquellas tres escuelas huérfanas. Así, desde octubre de 1685 el Señor
De La Salle
será el único responsable de seis escuelas para pobres, diseminadas por cuatro
localidades distintas, con unos quince Hermanos a su cargo. ¿Hermanos o solo
maestros? Porque, ¿quién sabe cómo habían andado las cosas en la red de
escuelas y maestros de Nyel? Este será el primer problema con el que Juan
Bautista tendrá que enfrentarse.
Hermano
Josean Villalabeitia
[1] En
1681 hubo un intento de fundación en Guisa, por cuenta y riesgo de Nyel, que
fracasó en pocos meses. Al año siguiente fue De La Salle quien recibió la
invitación, envió a Nyel y, en esta segunda ocasión, la escuela cristiana de
Guisa renació y se consolidó; duraría hasta la Revolución , más de un
siglo después.
[2] Blain
aporta su explicación: “Cuando Nyel salió de Ruan no había renunciado a
regresar algún día. Su idea era dejar que sus cenizas descansaran en ella. Para
poder hacer esto con seguridad de conciencia había pedido varias veces al Señor
De La Salle ,
aunque en vano, que se hiciera cargo de la dirección de las tres escuelas […]
Su edad y la imposibilidad de dotar a estas tres escuelas de maestros capaces
fueron los motivos en que apoyó su ruego, o más bien los pretextos con los que
disfrazaba su invencible deseo de regresar a Ruan”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario