viernes, 1 de diciembre de 2017

2019 - Anuncio del Hermano Superior General

2019: Tricentenario de la muerte de san Juan Bautista de La Salle


El Hermano Robert Schieler, Superior General, acaba de publicar un vídeo en el que adelanta la programación de actividades que se irán organizando con motivo de la celebración del Tricentenario del fallecimiento de nuestro santo fundador, Juan Bautista de La Salle, que se prolongará durante todo el año 2019

El Hermano Robert comienza recordando el lema que presidirá la celebración de este tricentenario: "Un corazón, un compromiso, una vida".

Para 2019, el Hermano Superior anuncia celebraciones litúrgicas especiales en Ruan, Reims y Roma, al tiempo que recomienda organizar en los distintos distritos celebraciones litúrgicas, de inicio y clausura de dicho año, coincidiendo con la fiesta de Cristo Rey de 2018 y 2019.

El Hermano Robert también avanza la publicación de un libro electrónico sobre el santo Fundador, al tiempo que se tratará de renovar la iconografía lasaliana con nuevas imágenes. Todos los Distritos están invitados a colaborar en esta renovación iconográfica, contribuyendo con versiones actuales. También se va a componer una canción oficial, junto con vídeos y otros recursos gráficos.

Uniéndonos a la Iglesia, que celebrará en 2018 un Sínodo sobre "Juventud y discernimiento vocacional", el Instituto se centrará también en esta cuestión a lo largo de 2019. Será un momento propicio para involucrar creativamente  a los jóvenes en el discernimiento vocacional. Los distritos y delegaciones están invitados a organizar y compartir actividades de discernimiento vocacional con jóvenes, y a enviar participantes a la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Panamá, en enero 2019. Inmediatamente antes de las Jornadas propiamente dichas, La Salle organizará allí dos eventos especiales: 1) un encuentro de un día para jóvenes lasalianos 2) un encuentro entre jóvenes que se están planteando con seriedad la vida religiosa. Se trata de dos oportunidades muy claras para vigorizar nuestros esfuerzos de promoción vocacional entre los jóvenes.


Por otra parte, el continente africano será sede de dos importantes sesiones de CIL sobre pastoral y promoción vocacional entre jóvenes, que tendrán lugar ambas en Kenia, en noviembre de 2018.

También habrá un Congreso Internacional de Educación Lasaliana en Ciudad de México, en marzo de 2019. Será un evento de naturaleza académica, para compartir la más destacadas experiencias educativas en la misión lasaliana y abrir caminos de vitalidad y futuro para nuestra misión.

Finalmente, Roma acogerá un "Seminario de fidelidad creativa", en mayo de 2019, para Hermanos, Hermanas y colaboradores lasalianos. Además de reflexionar juntos, tendrán todos ocasión de renovar su compromiso de fidelidad lasaliana el 15 de mayo de 2019, ante las reliquias del santo Fundador.

Las celebraciones de este solemne año 2019 se iniciarán con la publicación en Roma de la reflexión del Consejo General titulada "Nuestros corazones arden dentro de nosotros"; está prevista asimismo en Roma una publicación sobre vocaciones lasalianas.

Más adelante irá llegando más información, aunque siempre se puede encontrar información actualizada en la página web del Instituto www.lasalle.org.

El vídeo del Hermano Superior General 
se puede ver pinchando AQUÍ.
Somos un corazón, un compromiso, una vida. Somos lasalianos.


viernes, 24 de noviembre de 2017

La Salle en El Chaco (Paraguay)

Más de la mitad de Paraguay está ocupado por la semidesértica región de El Chaco, una región altamente empobrecida



Hace años que los Hermanos de La Salle abrieron un centro educativo para los niños más pobres de aquel lugar. Desde entonces Hermanos y voluntarios lasalianos ayudan a los más pobres entre los pobres por medio de la promoción humana y el desarrollo de la educación.

A continuación, un vídeo de calidad y 27 minutos de duración sobre la misión de La Salle en El Chaco:

Para ver el vídeo pinchar AQUÍ.




jueves, 16 de noviembre de 2017

Confesiones lasalianas desde Ecuador


Desde Ecuador, más concretamente desde la
Unidad Educativa Juan León Mera, de Ambato
nos llega el testimonio de unos antiguos alumnos
lasalianos orgullosos de haber pasado por las 
aulas de La Salle


Un vídeo muy breve que merece toda nuestra 
atención...




miércoles, 8 de noviembre de 2017

La causa de beatificación del Hermano Victorino avanza

El próximo día 15 de noviembre se reunirá en el Vaticano, más concretamente en la Congregación para las Causas de los Santos, el congreso teológico para la discusión y análisis de la Positio super virtutibus del Hermano Victorino, de La Salle. Tras la presentación pública de la Positio, el 9 de abril de 2016, este será el primer paso importante en el caminar de la causa del Hermano Victorino hacia los altares oficiales de la Iglesia Católica.
 
Con este motivo, además de solicitar la oración confiada para que el Espíritu Santo guíe la mente de los obispos y teólogos que decidirán sobre la santidad del Hermano Victorino, presentamos una breve reseña que publicó hace unos meses el Hermano que, sobre el terreno,se encarga más directamente de promover su beatificación.

El Hermano Victorino, siervo de Dios y formador de jóvenes
No resulta fácil resumir en pocas líneas toda la vida virtuosa de una persona. Y más si se trata de un religioso como el Hermano Victorino, cuyo nombre es conocido por tantas personas dentro y fuera de Cuba. El Hermano Victorino (Agustín Arnaud) nació el 7 de septiembre de 1885 en Onzillon, Francia. Sintiéndose llamado por Dios, a los 16 años ingresó en el Noviciado de los Hermanos y pronunció sus primeros votos religiosos el 8 de septiembre de 1903; justo por esa época en Francia se promulgaba la ley Combes, que suprimiría las Congregaciones Religiosas Docentes.

El Hermano Victorino, con la idea de defender su vocación y ser fiel a la misma, en 1904 se ofreció a sus superiores para abandonar su patria y dirigirse a Canadá junto con otros 70 Hermanos. En 1905, con tan solo 20 años de edad, se volvió a ofrecer a los Superiores Mayores que buscaban voluntarios para fundar una escuela en la isla de Cuba; así, el Hermano Victorino embarcó con otros 13 Hermanos hacia la Habana.

El año de 1928 marcaría definitivamente la magnitud y trascendencia del celo apostólico del Hermano Victorino. Teniendo ya 42 años y con más de 20 años viviendo en Cuba, reúne a 14 jóvenes delegados de otras tantas asociaciones de ex alumnos de colegios católicos de La Habana, y con ellos firma el acta de constitución de lo que llamaron “Federación de la Juventud Católica Cubana”. Siervo de Dios, formador de juventud…

El propósito de esta Federación era llevar la fe, la práctica y los principios religiosos a todos los niveles de la sociedad, como un movimiento espiritual, impulsado por ideales, para conseguir la superación individual; finalidad que comenzó por los más jóvenes. Su creación constituyó una verdadera revolución en la Iglesia Cubana porque fueron jóvenes los que impulsaron el movimiento que abrió las puertas al laicado católico y a la evangelización en la isla, un cuarto de siglo después de que la larga guerra de independencia dejara prácticamente anulada la vida cristiana. Es, sin duda, una gran obra inspirada por el Hermano Victorino, hoy en proceso de beatificación.
Hombre consecuente con sus ideas y sus decisiones, así era el Hermano Victorino. Optó por la vida religiosa como Hermano de La Salle desde temprana edad, y nunca se arrepintió, ni se desmintió en la manera de vivir su vocación.

Fue fiel a ella hasta la muerte. Fue fiel a ella en todos momentos de su vida, no siempre halagüeños ni conformes con sus ideales.

El Hermano Victorino era un hombre de Dios. Aquel hombre de gesto suave, de habla cálida y presencia tímida, providencialmente inspirado, que revolucionó la juventud, llenándola de hermosos ideales cristianos. Miles de personas y hogares fueron “tocados” por aquel hombre amable y sencillo, amistoso, honesto y bueno; y sintieron enriquecer sus vidas a través de sus experiencias y contactos con el Hermano Victorino que sin duda tocó sus corazones, sembrando amor para que ellos cosecharán amor.

Llena de orgullo al Distrito Antillas-México Sur poder compartir parte de lo que el Hermano Victorino realizó en nuestro Distrito, siguiendo la misión de nuestro fundador: “Mirando siempre el establecimiento y gobierno de nuestra sociedad como obra de Dios”, siendo ejemplo a seguir por su entrega y obediencia; por la fe que le daba fortaleza, la constancia ante las cosas, pero sobre toda la paciencia. Mientras tanto, esperaremos con fe el decreto del Decreto del Santo Padre a favor de nuestro Hermano Victorino, dando por hecho, que su misión vive.

San Juan Bautista De La Salle, ruega por nosotros. ¡Viva Jesús en nuestros corazones, por siempre!


Hermano Pedro Acevedo, Vicepostulador de la Causa de Beatificación del Hermano Victorino.




lunes, 30 de octubre de 2017

Una exposición sobre De La Salle en la Casa Generalicia

"Que su imagen no permanezca solo ante nuestros ojos, sino que permanezca, sobre todo, en nuestros corazones". Así hablaba en 1861, el Hermano Philippe, Superior General del Instituto, a propósito de las representaciones artísticas de san Juan Bautista De La Salle, nuestro santo Padre y Fundador.


Pues bien: siguiendo esta recomendación del afamado Superior General lasaliano del siglo XIX, en la Casa Generalicia "La Salle", de Roma (Italia), se ha montado una bella y muy completa exposición sobre el santo lasaliano, en sus múltiples facetas.

Una cita que no debería perderse ningún lasaliano de paso por la ciudad de los papas.

La exposición podrá visitarse hasta finales del presente año 2017. ¡Ánimo!

Puedes ver una amplia selección de fotos de la exposición, acompañadas por los responsables de su organización y otros habitantes de la Casa Generalicia, pinchando AQUÍ.





martes, 24 de octubre de 2017

Distrito Lasallista Norandino

El Distrito Lasallista Norandino surge de la fusión de los antiguos distritos lasallistas de Medellín (Colombia), Ecuador y Venezuela.

El Distrito Lasallista Norandino nació el primero de enero del año 2015, según el acta fundacional firmada en la Asamblea Constitutiva, reunida del 6 al 9 de agosto del 2014, en De La Salle Casa de Encuentros de Rionegro (Antioquia, Colombia). En dicha Asamblea participaron Hermanos delegados de todos los sectores que conforman el Distrito Lasallista Norandino, los cuales son: sector Medellín, que antes se llamaba Distrito de Medellín, sector de Venezuela, antes denominado Distrito de Venezuela y sector de Ecuador, antes denominado Distrito de Ecuador.
















Es importante especificar que los Hermanos del Instituto de las Escuelas Cristianas, llegaron a América Latina, inicialmente a Ecuador, en el año 1863, a la zona occidental de Colombia en el año 1890 y a Venezuela en el año 1913. Dichas naciones conforman la totalidad del territorio geográfico donde prioritariamente se desarrolla la misión del Distrito Lasallista Norandino.
El nombre de Distrito Lasallista 'Norandino', hace referencia a la Cordillera de los Andes, la cual es común en las tres naciones que integran el nuevo Distrito, ubicadas al norte de Suramérica.
El Distrito Lasallista Norandino inició su andadura bajo la dirección del Hermano Humberto Murillo López, en calidad de Visitador, el cual fue nombrado por el Hermano Robert Schieler, Superior General del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, por un periodo de tres años. Cuenta con 119 Hermanos que, junto a miles de colaboradores, animan los diferentes centros del Distrito.
Un vídeo reciente sintetiza los datos principales referentes al Distrito Lasallista Norandino. Para ver el vídeo, pinchar AQUÍ.


lunes, 9 de octubre de 2017

Santos Hermanos mártires de Turón

Hoy, 9 de octubre, la Iglesia recuerda la memoria de los ocho Hermanos de La Salle de Turón, que fueron martirizados junto con su capellán, sacerdote pasionista, tal día como hoy hace 83 años.
Recuerdo de los santos Hermanos mártires de Turón, en Bujedo

Sucedió al inicio del curso escolar 1934-1935, cuando estalló en Asturias, al norte de España, la llamada "Revolución de octubre", con carácter comunista y antirreligioso. 

En Turón los niños que acudían a la escuela de los Hermanos de La Salle eran, fundamentalmente, hijos de mineros. En la mejor línea lasaliana, les enseñaban gratuitamente con espíritu de fe y celo, acompañándolos "desde la mañana hasta la tarde" y promoviendo con dedicación su formación humana y cristiana.

En la madrugada del día 5 de octubre, mientras celebraban la eucaristía en la comunidad, los Hermanos  fueron detenidos junto con su capellán. Fieles a la confesión de su fe y de su ministerio educativo cristiano, cuatro días después, en la madrugada del 9 de octubre, eran fusilados en el cementerio del pueblo y sepultados en una fosa común.


Capilla de los santos Hermanos mártires, en la parroquia de Turón
Era una comunidad muy joven. Jesucristo fue el centro de sus vidas. Por Él y por causa de su Evangelio, anunciado a los niños pobres, no dudaron en entregar sus vidas hasta derramar su sangre. Se prepararon generosamente al sacrificio con la oración, el sacramento de la reconciliación y el perdón explícito a sus asesinos.

Fueron beatificados en 1990 por el papa Juan Pablo II, y canonizados nueve años después por el mismo papa.

La Iglesia honra su fe y su sacrificio, y los propone como ejemplo a todo el pueblo cristiano.

"Juntos sirvieron a Jesucristo en el ministerio de la educación cristiana. Juntos vivieron como Hermanos, sosteniéndose y apoyándose mutuamente. Juntos, como un solo hombre, dieron sus vidas y fueron sepultados en la misma tumba. Juntos son coronados y glorificados. 
Nuestras comunidades encontrarán estímulo y fuerza en el noble gesto de esta comunidad de Hermanos que vivió unida en la fe, unida en el ministerio, unida en la prueba de persecución y se mantuvo fiel."
                                                            Hermano John Johnston

Para ver un reportaje sobre el Museo de los santos Hermanos Mártires de Turón,
en Bujedo (Burgos), pinchar AQUÍ.


lunes, 2 de octubre de 2017

Juan Bautista De La Salle y el juego

La visión que nuestro santo Fundador manifiesta acerca del juego en sus escritos es, cuando menos, sorprendente. Y es que, en palabras de Michel Fiévet, “la descripción de las reglas a las que atenerse cuando se juega [que nos ofrece el Fundador] es tan precisa que lleva incluso a creer  -y esto aportaría un toque inédito a la hagiografía oficial-  que Juan Bautista De La Salle participó de vez en cuando, al menos como espectador, en los juegos de cartas de los niños”[1].
¿Y por qué solo entre niños? ¿Por qué no admitir que el juego podía ser algo habitual en su casa y entre sus amistades, en aquel ambiente acomodado en que vivían los burgueses De La Salle? Cuando De La Salle inició su aventura con los maestros, estas costumbres quedarían abandonadas por completo, pero antes, ¿por qué no imaginarlo participando con desenfado en algunas partidas de cartas u otros juegos? Sería esta una explicación muy convincente a la alta experiencia y conocimiento sobre el juego que exhibe De La Salle en su libro de cortesía[2]. Curioso también que el santo Fundador entre en tanto detalle cuando se trata de un libro de lectura escolar, destinado a niños más bien pequeños por tanto.
Comprobémoslo literalmente en las propias páginas del libro lasaliano de Urbanidad cristiana: “El juego es una diversión que a veces está permitida, pero que hay que tomar con muchas precauciones. Es ocupación a la que se puede dedicar algún tiempo, pero es preciso observar en él cierto comedimiento. Se requiere mucha cautela para no dejarse llevar de alguna pasión desordenada; y se necesita mesura para no entregarse a él por completo ni dedicarle excesivo tiempo. Como es imposible dedicarse a él con urbanidad sin esas dos condiciones, no puede uno permitirse jugar sin ellas. En particular, existen dos pasiones de las que hay que procurar no dejarse llevar en el juego. La primera es la avaricia, que es también, de ordinario, el origen de la segunda, que es la impaciencia y el arrebato. Quienes juegan deben procurar no jugar por avaricia, ya que el juego no se inventó para ganar dinero, sino sólo para mitigar un poco la tensión de la mente y del cuerpo después del trabajo. Por esto no es educado jugar fuertes
cantidades, sino sencillamente un poco de dinero, que no pueda enriquecer al que gana, ni empobrecer al que pierde, sino que ayude a mantener el juego y a despertar mayor interés por ganar, que es lo que contribuye en gran medida al placer del juego. Es gran descortesía impacientarse en el juego, cuando a uno no le salen las cosas como quisiera. Pero mucho más vergonzoso es dejarse llevar de arrebatos y mucho más aún decir palabrotas. En el mismo hay que comportarse de forma sensata y tranquila, para no perturbar la diversión. Es totalmente contrario a la urbanidad engañar en el juego, e incluso es un hurto; y si se gana, hay obligación de restituir, aun cuando se hubiera ganado en parte por la propia habilidad. El dinero que se gana no se debe exigir apresuradamente; pero si hay alguno que no ha puesto su parte en el juego y ha perdido, no hay que pedírselo o exigirle que deposite en el juego lo que debe, sino de forma educada, manifestándole tan sólo que no ha depositado su parte en el juego, de esta manera: Al parecer, usted se ha olvidado de apostar. O si ha perdido y sigue jugando: Tenga la bondad de poner dos veces en el juego. O: falta tal cantidad en lo que debiera haber, alguien no ha puesto la última vez. En estas ocasiones hay que procurar no usar formas de hablar como éstas: ¡Pague!, ¡ponga en el juego! Aunque cuando se juega sea necesario mostrar mucha alegría en el rostro, ya que no se juega sino para divertirse, con todo es contrario a la cortesía manifestar excesivo contento cuando se gana; y lo mismo turbarse, entristecerse o enfadarse cuando se pierde; pues es señal de que sólo se juega para ganar dinero. Uno de los mejores medios de que puede uno servirse para no incurrir en ninguno de estos desórdenes, es apostar tan poco dinero que ni la ganancia ni la pérdida puedan
excitar ninguna pasión en los que juegan. También es descortés canturrear o silbar mientras se juega, aun cuando se haga con suavidad y entre dientes. Mucho más aún lo es tamborilear con los dedos o los pies; sin embargo, es lo que sucede a veces con los que están muy enfrascados en el juego. Si en el juego surge alguna diferencia, hay que abstenerse de gritar, disputar o ponerse terco. Pero si uno está obligado a defender una jugada, debe hacerlo con mucha mesura y educación, exponiendo simplemente y en pocas palabras el derecho que se cree tener, sin ni siquiera levantar ni cambiar el tono de voz, por poco que sea. Cuando se pierde, la educación exige pagar siempre antes de que se lo reclamen; pues es señal de espíritu generoso y de persona bien nacida pagar lo que debe en el juego, sin denotar ningún pesar”[3].

Y un poco más adelante, el santo Fundador añade: “Es totalmente contrario a la educación enardecerse en el juego. Sin embargo, no hay que descuidarse ni dejarse ganar por complacencia, para que la persona con quien se juega no crea que se pone poco esfuerzo en contribuir a su diversión”[4].
En sus orientaciones sobre cómo comportarse en el juego, Juan Bautista De La Salle deja bien clara cuál su concepción de la sociedad: su división en diferentes clases sociales y la relación que debe mantenerse entre ellas, incluso cuando se habla de una actividad de puro ocio, como el juego: “Nunca hay que comenzar a jugar con una persona de rango muy superior sin que ella lo pida. Pero si una persona de calidad obliga a alguien, que es de condición muy inferior a la suya, a que juegue con ella, hay que cuidarse mucho de manifestar apresuramiento en el juego ni ganas de ganar, pues eso es señal de pequeñez de espíritu y de que se es de baja condición. Si uno sabe que la persona con quien está jugando, y a quien se debe respeto, le cuesta perder, si se le gana no hay que abandonar el juego, a menos que la decisión parta de ella, o que
haya vuelto a recuperar lo que hubiere perdido. Pero si se pierde, puede uno retirarse cortésmente, y esto siempre está permitido, cualquiera que sea la persona con quien se juega. Es educado manifestar que se está satisfecho de que una persona a quien se debe respeto gane en el juego, particularmente cuando no juega uno mismo o se es sólo espectador”[5].

Sin olvidarse de ceder el puesto a quienes lo “merecen” más que tú: “Si personas más calificadas llegan para jugar y se está ocupando el lugar, la cortesía exige ceder el puesto”[6].
Esta concepción social de quien viene de una familia de la alta burguesía se manifiesta en otros detalles. Por ejemplo a la hora de jugar con alguien que no es de tu misma posición social: “Y si se juega con una persona de mayor rango, por parejas, y esa persona llega a ganar la partida, su compañero debe guardarse mucho de decir «hemos ganado»; sino «usted ha ganado, caballero», o «usted ganó»”[7].
También tienen su interés las apreciaciones del santo De La Salle en relación con lo que él llama “humor” para jugar: “Es importante abstenerse por completo de jugar si uno no es de humor asequible
en el juego, pues podrían seguirse muchos inconvenientes que uno debe evitar. Pero si la persona con quien se juega está de mal humor, no hay que manifestar que uno está molesto, por sus palabras o por su modo de actuar. Mucho menos aún debe uno tomar en consideración sus arrebatos. Hay que intentar proseguir tranquilamente el juego, como si no ocurriera nada. La misma prudencia y la sensatez exigen que se eche todo a buena parte, y que nunca se desvíe uno del respeto debido a esa persona, ni de la tranquilidad que se debe conservar siempre en el espíritu. Es muy descortés reírse de alguien que no hubiera tenido habilidad en el juego”[8].
Por otra parte, en el texto del Santo resulta evidente que el juego de cartas, como el ajedrez o las damas, se considera socialmente  -y moralmente-  admisible porque la “destreza interviene en ellos y no son puramente de azar. Pero hay otros que son hasta tal punto de azar, como… el juego de dados u otros semejantes, que no solo están prohibidos por la ley de Dios, sino que ni siquiera se permite
jugar a ellos de acuerdo con las reglas de la cortesía. Por eso deben ser considerados como indignos de una persona bien educada”[9].
En caso de jugar al ajedrez o las damas, el Santo afirma que “es educado ofrecer las piezas blancas, o las damas blancas, a la persona con quien se juega, o colocárselas delante, o al menos ayudarle a ello o disponerse a hacerlo, y no consentir que se nos ofrezcan las piezas blancas de ajedrez o las damas blancas, ni que las pongan delante de nosotros”[10].
Por otra parte, De La Salle también se refiere al tiempo que se debe dedicar al juego. Lo ha mencionado ya, como de pasada, en uno de los textos citados más arriba, pero más adelante vuelve a referirse al asunto con más extensión: “La urbanidad exige también que el tiempo que se dedique al juego sea moderado, y que muy lejos de jugar continuamente, como hacen algunos, no se juegue ni siquiera con demasiada frecuencia, ni varias horas seguidas. Pues eso sería convertir en ocupación algo que no es propiamente sino un descanso o interrupción del trabajo por corto tiempo, lo que no es compatible con la sensatez propia de una persona que sabe comportarse”[11].
Destaquemos, por fin, que entre los distintos juegos a los que uno pudiera entregarse, “los juegos que ejercitan el cuerpo, como el frontón o los bolos […] son preferibles a los demás, e incluso a los que ejercitan y absorben demasiado la mente, como son el ajedrez y las damas”[12]. Eso sí: “Cuando se juega a ese tipo de juegos, que favorecen el ejercicio físico, hay que guardarse mucho de hacer contorsiones ridículas o indecorosas con el cuerpo. Hay que procurar también no sofocarse y evitar desabrocharse y quitarse la ropa, ni siquiera el sombrero, pues son cosas que la urbanidad no consiente”[13]. Que se olvide nunca, pues, la cortesía y la modestia cristianas, bien iluminadas por una moral de corte puritano, por supuesto.






[1] Fièvet, 206
[2] Reglas de cortesía y urbanidad cristiana para uso de las Escuelas Cristianas, publicado por primera vez en 1703  -en vida del Fundador por tanto-  que la traducción española de las Obras Completas de De La Salle le ha asignado las siglas RU. Si consideramos toda la historia lasaliana, hasta nuestros días, es, sin duda, con diferencia, el mayor best-seller entre los escritos del Fundador. En este curioso libro de De La Salle podemos encontrar un capitulillo entero, bastante extenso, dedicado a cómo comportarse en el juego, de cartas o de otro tipo, en RU 2,5,3 (205,3,377-393)
[3] RU 2,5,3,1-14
[4] RU 2,5,3,21
[5] RU 2,5,3,15-17
[6] RU 2,5,3,20
[7] RU 2,5,3,20
[8] RU 2,5,3,18-20
[9] RU 2,5,3,26
[10] RU 2,5,3,25
[11] RU 2,5,3,27
[12] RU 2,5,3,23
[13] RU 2,5,3,24

jueves, 14 de septiembre de 2017

El santo Hermano Muciano María, en polaco

Para muchos puede que sea una curiosidad, pero ahí está ese vídeo, sencillo pero repleto de una extraña sensibilidad, que presenta con brevedad la figura del santo Hermano belga Muciano María. 

Todas las personas conocedoras de la lengua polaca que estén interesados en conocer un poco más sobre él, ahí tienen una fuente rápida de información ..

Los demás lasalianos podemos, al menos, echarle un vistazo...

Una muestra de la creatividad de los Hermanos polacos.

Que san Muciano María interceda por todos nosotros. AMÉN.

Para ver el vídeo pinchar AQUÍ.


jueves, 7 de septiembre de 2017

Bujedo, otra vez

Un nuevo vídeo sobre el monasterio lasaliano de Bujedo, sito al norte de la provincia española de Burgos, con ocasión de la celebración del 125.º aniversario de la llegada de los Hermanos de La Salle al monasterio, que tuvo lugar en 1892. 

Un siglo y cuarto de fecunda actividad lasaliana de la que nos hablan con autoridad en el vídeo algunos de los mejores conocedores de la historia del austero cenobio castellano¡A disfrutar!

Para ver el vídeo, de poco más de 18 minutos de duración, pinchar AQUÍ.

miércoles, 23 de agosto de 2017

2019: Año de la Vocación Lasaliana


Invitación del Hermano Robert Schieler, Superior General


Para ver el vídeo, en inglés con subtítulos en español, pinchar AQUÍ.

miércoles, 19 de julio de 2017

Hermano John Johnston, in memoriam

El Hermano John Johnston fue el 25º Superior General del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Falleció el 11 de octubre de 2007 a la edad de 73 años, después de ser Hermano de La Salle durante más de 56 años.


El Hermano John recibió el hábito en 1951 y profesó votos perpetuos en 1958. Como educador, fue maestro de escuela secundaria, administrador de escuela y director de los Hermanos Estudiantes en el escolasticado. En 1971, el Hermano John fue nombrado Visitador Provincial del Distrito de St. Louis, con sede en Memphis. En 1976, se convirtió en Vicario General del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. En 1986, fue elegido Superior General del Instituto y reelegido para un segundo mandato en 1993, hasta el año 2000. Como Superior General, el Hermano John visitó todos los países donde en aquel momento trabajaban los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

El Hermano John era muy conocido y respetado por su gran competencia y estilo de liderazgo influyente, como indican los cargos de Vicepresidente de la Unión de Superiores Generales de Roma, Auditor del Sínodo de Formación Sacerdotal y Consultor de la Congregación vaticana para la Vida Consagrada.

Durante los últimos años de su vida su pasión fue la evolución de la Misión Lasaliana de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, la transformación de las escuelas de los Hermanos en escuelas lasalianas. En sus diferentes manifestaciones, el Hermano John dejó claro que "los compañeros laicos y los Hermanos colaboran como miembros de una comunidad educativa que tiene la responsabilidad de la vida y misión de la escuela".

Después de su segundo período como Superior General, el Hermano John fue nombrado Director de Educación para la Región Lasaliana de los Estados Unidos y Toronto. Regresó a Memphis en 2003 donde continuó su participación en la educación como Consultor Senior de la Asociación Lasaliana para la Misión. Animó retiros y fue figura destacada en muchas conferencias educativas en Estados Unidos, Haití, África y en Europa. Honró a sus oyentes en Francia, España y México hablando en sus idiomas nativos.

En el cuadro de sus responsabilidades como Superior General, el Hermano John visitó las obras lasalianas de Guinea Ecuatorial, donde el responsable de este blog trabajaba por aquellos momentos como un misionero entusiasta. Debió de ser allá por el año 1990, algunos meses arriba o abajo... Por aquel momento me encargaba de la pequeña hojita que extendía tocias de la Guinea lasaliana por distintas comunidades. Para aquella hojita volandera tuvo ocasión de plantear al Hermano John una pequeña entrevista escrita que ahora ha aparecido entre mis papeles personales. No tiene desperdicio. Ahí os la ofrezco como recuerdo y homenaje a aquel gran hombre, gran Hermano y gran lasaliano que tanto me ayudaría más tarde en Roma, en el curso de mis estudios sobre los Hermanos y la espiritualidad lasaliana.

Thank you very much, Brother John!


                1. Una frase para el camino...
Que todos tengan vida y vida en abundancia

                2. Un símbolo
                 La estrella de la fe

                3. Una denuncia
              A los profetas de calamidades

                4. Un elogio
A los jóvenes que piensan que vale la pena unirse a nosotros

                5. La mejor virtud
             La sencillez

                6. Su convicción más fuerte
La certeza del amor gratuito y desproporcionado de Dios

                7. Su gran esperanza
Que nuestro Instituto responda hoy a las necesidades de los jóvenes

                8. Una invitación
                A no perder la esperanza

                9. Una figura histórica
                  Monseñor Romero

                10. Una preocupación actual
El temor del futuro y la pérdida de creatividad

                11. Un deseo
Que Hermanos y seglares lasallistas seamos instrumentos de salvación para los jóvenes

                12. Un lugar en el mundo
Sudán: nuestra última fundación, signo de nuestra respuesta a los que más sufren y nos necesitan

(Hermano John Johnston, fsc)