Este próximo lunes, 14 de septiembre, comienza un nuevo curso de la Escuela de Formación Misionera, de Madrid, en cuyo nacimiento y animación los Hermanos de La Salle tenemos alguna responsabilidad. Conozcamos un poco esta interesante experiencia que, precisamente, este año está celebrando sus bodas de plata.
La Escuela de Formación Misionera, de Madrid, está
celebrando sus bodas de plata. En estos 25 años, más de un millar de misioneros
han pasado por sus aulas para prepararse a la misión lejos de su tierra.
Este centro para misioneros surgió en 1990, cuando quienes se sentían llamados a la misión ad gentes no eran ya solo los miembros
de instituciones misioneras y religiosos en general, sino también multitud de
personas de toda clase y condición, con profundas convicciones cristianas y
ansias de compromiso. Tal vez por ello, en la prehistoria de la Escuela
hallamos unos cursos de Misionología que ofrecían los Hermanos de La Salle en su
Instituto San Pío X, allá por los años ochenta.
Por aquellas mismas fechas, la Conferencia Episcopal Española
(CEE) solicitó a la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) la creación de
una escuela de formación para misioneros. Como el por aquel entonces encargado
de CONFER-Misiones, el Hermano Pedro Arrambide, era también el principal responsable
de la Misionología en el San Pío X, la forma más sencilla de cumplir el encargo
de los obispos pareció reestructurar y ampliar aquel curso de Misionología. Y a
esa tarea se puso de inmediato con entusiasmo el Hermano Pedro.
En la labor contó con varios apoyos importantes, ya que a la
idea del centro de formación para misioneros se sumaron enseguida varias
instituciones: desde las Obras Misionales Pontificias (OMP) hasta el Servicio
Conjunto de Animación Misionera (SCAM), pasando por el Instituto Español de
Misiones Extranjeras (IEME), la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana
(OCSHA), los Cristianos con el Sur (OCASHA) y la Coordinadora de Asociaciones
de Laicos Misioneros (CALM), que terminaron fundando la Escuela de Formación
Misionera y son, con los Hermanos de La Salle, sus actuales patrocinadores.
Además del impulsor de la Escuela, el ya mencionado Hermano
Pedro Arrambide, otros Hermanos directamente implicados en su animación han
sido José Manuel Ruiz, Vicente Clemente y, ahora mismo, Felipe García; todos
ellos ocupaban, al mismo tiempo, puesto de responsabilidad en la animación de PROYDE. Varios lasalianos se han contado
también, en distintos momentos, entre los alumnos de la Escuela.
La Escuela de Formación Misionera organiza cada año en el
Centro La Salle-ARLEP, de Madrid, un curso intensivo para personas a punto de
incorporarse a la misión en países pobres. Su actividad se desarrolla durante
los tres meses de otoño. En su programa de estudios, la realidad del mundo
actual, el hecho religioso y diversos contenidos relacionados con la
evangelización. El plan también incluye algunas visitas de interés, así como
jornadas de convivencia entre los alumnos y liturgias compartidas.
Aquellos nutridos grupos iniciales de futuros misioneros han
ido dando paso en la Escuela a listas más reducidas, de laicos y religiosas
sobre todo, jóvenes de todas las edades, no todos españoles, incluido algún
misionero con largos años de brega a sus espaldas que ve en la Escuela una
oportunidad ideal para reciclarse.
La celebración es, sin duda, una espléndida noticia, no solo
para los amigos de La Salle, sino también para toda la Iglesia española, que
reafirma la vitalidad de la vocación misionera entre sus fieles.
Página web de la Escuela de Formación Misionera de Madrid: http://www.escuelaformacionmisionera.org/index.html
http://www.diariojaen.es/la-semana/una-escuela-para-misioneros-EF711402
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