Un par de obras
solamente nos quedan de la producción escrita del beato Nicolás Roland: una conferencia, de las muchas que tuvo que
impartir como canónigo teologal de Reims que fue, y un librito dirigido a las religiosas que él fundara, titulado
"Pequeño tratado de las virtudes que son necesarias a las Hermanas del
Niño Jesús".
Sin embargo, su obra más interesante quizás sea un libro póstumo, titulado "Avisos
dados por el difunto Nicolás Roland, teologal de Reims, para el comportamiento
de las personas que siguen una regla", comúnmente conocida como los "Avisos".
Esta obra fue
publicada en 1686, es decir, ocho años después de la muerte de Roland. Al
parecer, sus hijas espirituales conservaban apuntes de sus conferencias y
recordaban, por haberlas copiado o, incluso, de memoria, numerosas
máximas salidas de la boca de su fundador. Alguien tuvo la feliz idea de
recogerlo todo en un solo folleto y luego darlo a la imprenta.
Lo curioso es que, si hacemos caso a lo que sugiere el
Hermano León María Aroz[1],
hay ciertos indicios que parecen apuntar a que el encargado de llevar a cabo
esa labor de recopilación de materiales y preparación de la publicación fue,
precisamente, Juan Bautista De La Salle. Nada extraño, por otra parte, si
tenemos en cuenta los vínculos de amistad, confianza e intimidad espiritual que
unieron a ambas figuras cuando el canónigo teologal aún vivía, y la exquisita preparación teológica del amigo de Roland. Quién sabe...
Digamos, para concluir, que las Hermanas del Niño Jesús
consideran a san Juan Bautista De La Salle como su cofundador. De hecho, en la capilla de su Casa Madre, en la calle Barbâtre,
de Reims, conservan una bella estatua de De La Salle, mientras que en el Archivo de la Congregación de las Hermanas se pueden admirar numerosos
recuerdos del también fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.
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