La influencia de este canónigo remense en
su joven familiar lejano, Juan Bautista De La Salle , del que fue director espiritual durante
aquel importante lustro en que De La
Salle se preparaba para ser ordenado sacerdote, es
probablemente mayor de lo que solemos imaginar. Históricamente, Roland se halla
en los orígenes del itinerario de nuestro Santo Fundador en un periodo vital en
que las personas son especialmente permeables a ciertas influencias. Por otro
lado, es llamativo constatar la cantidad de temas desarrollados por Juan
Bautista que habían sido ya tratados o, al menos, insinuados por Roland.
Lo primero que sorprende es la similitud de
itinerarios vocacionales en ambos. Porque el recorrido espiritual del joven
Nicolás Roland se parece mucho, en determinados momentos trascendentales, al de
Juan Bautista De La Salle ,
aunque otros aspectos sean netamente diferentes.
Nicolas Roland nació en 1642, en el seno
una familia rica y poderosa de Reims. Era solo ocho años y medio mayor que su
posterior dirigido; demasiada juventud para la figura de un director
espiritual, lo que no deja de llamar la atención. Que los Roland eran una
familia influyente en la villa del champán nos lo puede sugerir el hecho de que
varios de sus tíos fueron alcaldes o altos cargos de aquella región, y un par
de ellos canónigos; de hecho, el joven Nicolás heredaría la prebenda de
canónigo de su familia. Su padrino, el Padre Mateo Beuvelet, perteneció a la
comunidad de san Nicolás del Chardonnet y fue un escritor espiritual de
renombre. El propio Roland fue criado por una tía, viuda de un alto cargo del
municipio remense. Una familia de postín, en efecto...
Nicolás Roland fue educado en coherencia
con sus orígenes familiares: aprendió a leer desde muy pequeño y luego estuvo
bastantes años interno en el colegio de los jesuitas de su ciudad natal.
Habiendo alcanzado un cierto nivel de formación, abandonó el internado para
iniciar una carrera de rico comerciante. A esas alturas de su vida, viajando
por alta mar para impulsar definitivamente sus negocios, vive una aventura de
intenso peligro, físico y moral a la vez, que le obligará a recapacitar. Aunque
no se conocen demasiados detalles de lo que sucedió, es evidente que le tocó
sus fibras más profundas, hasta el punto de hacerle regresar a puerto,
renunciar a sus proyectos y cambiar de vida por completo; abandonará sus
ambiciones mundanas y se decidirá a ser sacerdote para dedicarse por entero a
la misión apostólica. He aquí la primera gran conversión de Nicolás Roland: la
conversión a Dios y a su Reino.
A
resultas de esta conversión, Nicolás intentará hacerse jesuita, pero los seguidores
de san Ignacio no le admitirán. Frecuentará luego a los misioneros que se
preparaban para ir a Asia, pero tampoco tiene sitio entre ellos, tal vez porque
era de salud frágil… Por fin, regresa a su tierra, donde reanuda sus estudios.
En 1663 obtiene el doctorado en Teología y poco después hereda la plaza de
canónigo teologal en Reims, es decir, se convierte en el encargado de predicar
en la catedral todos los domingos y fiestas, teniendo que impartir, además,
tres conferencias por semana.
Ordenado
sacerdote hacia 1668, se dedicará desde el primer momento a la dirección espiritual
de religiosas y sacerdotes. En estas circunstancias le conocerá su compañero en
el capítulo de la catedral de Reims, el canónigo De La Salle , que, a su vuelta de
París, en 1673, elegirá a Nicolás como director espiritual.
Hermano
Josean Villalabeitia
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