En la
foto, Mario Vargas Llosa con sus compañeros de clase lasalianos de Cochabamba |
Estos datos, sencillos de recolectar en cualquier biografía del literato peruano, cobran un interés particular cuando oímos confesar, de boca del propio escritor, cuál fue la cosa más importante que le sucedió en la vida. Y saber que sucedió en el Colegio La Salle de Cochabamba, y conocer de su propia voz a unos de los protagonistas fundamentales de lo que sería en adelante su vida: un Hermano de La Salle, el Hermano Justiniano. Así lo proclamó don Mario en Estocolmo (Suecia), con motivo de la recepción del Premio Nobel, a finales de 2010. Pero luego lo ha repetido siempre que ha podido, aquí y allá; recientemente todavía en Madrid...
Orgullosos de contar con exalumnos tan ilustres, y que guardan un recuerdo tan cariñoso de su paso por las aulas lasalianas.
Así comenzaba Vargas Llosa su discurso de recepción del Premio Nobel:
"Aprendí a leer a los cinco
años, en la clase del Hermano Justiniano, en el Colegio de La Salle, en
Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida.
Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras
de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del
tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil
leguas de viaje submarino, luchar junto a d’Artagnan, Athos, Portos y Aramís
contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso
Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean,
con el cuerpo inerte de Marius a cuestas..."
Para oír de labios del propio escritor estas palabras pinchar A Q U Í.
Para leer el discurso íntegro del Nobel, titulado "Elogio de la lectura y la ficción, proclamado en Estocolmo el 7 de diciembre de 2010 pinchar A Q U Í.
ta chido
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