Beato Nicolás Barré |
Pero
la influencia no se habría producido únicamente en los aspectos exteriores.
Según Blain, el Padre Barré tuvo por aquellos primeros años de la fundación
lasaliana una influencia trascendental en la vida espiritual de Juan Bautista, de
modo especial en aquellas opciones heroicas que le encaminaron de manera
definitiva hacia la opción por las escuelas y a compartir su vida con los
maestros, “ya que fue el Padre Barré quien le inspiró el espíritu y las máximas
con las que debía guiarse; él quien le sostuvo en las dificultades y
contradicciones que encontró; él quien le sugirió los consejos heroicos de
abandonar la canonjía, de despojarse de su patrimonio, de distribuirlo entre
los pobres, de fundar sus escuelas solo sobre la pobreza evangélica, y de
abandonarse él mismo y los suyos a la divina Providencia. En una palabra, fue
el Padre Barré quien arrojó en el alma del Santo Fundador las semillas de esta
sublime perfección que admiramos”. O, por afirmarlo con aún más rotunda nitidez,
“fue él quien animó al Señor De La
Salle a comenzar su Instituto y quien le dirigió en esta
empresa”.
Pensionado La Salle - Ruan |
En
otro momento de su obra, Blain adopta una visión algo diferente, aunque también
relaciona estrechamente a ambos protagonistas con una obra que, a la postre,
resultaría trascendental: los institutos de maestros caritativos que animaban
esas escuelas populares. Solo que, en esta ocasión, el biógrafo ruanés
distribuye los papeles: “El reverendo Padre Barré, Mínimo, y el Señor De La Salle fueron los primeros
que pensaron en establecer Institutos consagrados exclusivamente a la
instrucción caritativa y a la educación cristiana de los niños pobres y abandonados.
El primero lo consiguió para las niñas; el segundo para los niños. Y estos son
los dos tipos de Institutos según los cuales se forman otros”.
En
otro momento, respondiendo a una autopregunta retórica, el canónigo Blain se
plantea la existencia de precursores de las obras apostólicas escolares de
Barré y De La Salle ,
y hasta se anima a citar algunos: “¿Es cierto que la Institución de las
Escuelas Cristianas es tan reciente? Si se contemplan las circunstancias, lo
reconozco: es de fecha reciente. Son el reverendo Padre Barré, Mínimo, y el
Señor De La Salle
los que parecen ser sus primeros autores. Si se les quiere dar un origen más
antiguo en Francia, se encontrará un esbozo en los establecimientos de las
religiosas Ursulinas, en las instituciones de las Hijas de Nuestra Señora, de la Señora de Lestonac, de las
hijas de nombre parecido fundadas por el Señor Fourier, párroco de Mataincourt,
y en fin, las Damas Grises, que deben su nacimiento al Señor Vincent y a la Señora Le Gras”.
Interesante colección de experiencias previas, a tener en cuenta, sin duda.
Aunque, al final, como no podía ser menos, el canónigo ruanés concluya
defendiendo reiteradamente su tesis: “Si se examina en su profundidad, en
relación con su objeto y su principal fin, no hay nada más antiguo” que las
Escuelas Cristianas de Barré y De La
Salle ; el primero para chicas y el segundo para chicos”.
Ruan (Francia) |
¿Hasta
qué punto es todo esto tal como lo cuenta Blain, y Rigault con él? ¿No se habrá
extralimitado el primitivo biógrafo lasaliano en su loa al Padre Barré, cuyo
prestigio en Ruan, ciudad en la que Blain estuvo incardinado la mayor parte de
su vida, era muy alto? ¿No se dejaría llevar por aquella corriente popular de
simpatía hacia el santo Mínimo, hasta exagerar su influencia sobre el joven
canónigo de Reims? No hay que olvidar, por otra parte, que Blain conoció a De La Salle en sus últimos años de
vida, y hasta podría considerársele como uno de sus amigos; tenía, por ello,
sobradas razones para conocer en profundidad el alma del anciano Fundador[1].
En
definitiva, es posible que haya algo de cierto en todas nuestras suposiciones.
Pero lo que no se puede poner en duda es la influencia, mayor o menor, que ejerció
sobre De La Salle
el pensamiento espiritual y las obras apostólicas puestas en pie por iniciativa
del santo Mínimo, influencia que llegaría hasta Juan Bautista a través de
algunos amigos comunes, como Roland y Nyel, y también mediante el encuentro
personal y el intercambio epistolar, por más que no nos quede constancia
material de este último.
Hermano Josean Villalabeitia
[1] El
Hermano Saturnino comenta la intervención del canónigo Blain en la cabecera del
moribundo De La Salle ,
para tratar de aclarar el delicado problema de la suspensión de sus facultades
como sacerdote, que se gestaba en el arzobispado contra el fundador de los
lasalianos. Blain, buen conocedor del tema por ser uno de sus protagonistas, lo
cuenta al detalle, pero no ha quedado ningún registro documental más sobre el
incidente, por lo que nada concreto se ha llegado a saber en firme. De
cualquier manera, da la sensación de que Blain, más que gestionar, como un
funcionario diocesano más, un asunto oficial del arzobispado, lo que hace es
preocuparse por resolver las dificultades de un amigo personal.
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