Diez años están a punto de cumplirse del tsunami que azotó las costas del sudeste asiático. Fue el maremoto más mortífero del que se tiene noticia en la historia, con 210.000 víctimas en once países. El más afectado de todos fue, sin duda, Tailandia.
A consecuencia de tsunami, unos 300 niños quedaron huérfanos en el nordeste de este país, sin que ni
el gobierno ni sus familias pudieran hacer gran cosa por remediar la situación.
Eran hijos de personas que trabajaban en el sur de Tailandia, zona turística, en
la hostelería o la construcción, y fueron atrapados allí por el maremoto.
Habiendo llegado a oídos del Hermano Víctor Gil esta situación, este Hermano de La Salle se puso manos a la obra
para intentar solucionar de la mejor manera posible este dramático problema. Y
lo hizo al estilo lasaliano: intentando asegurar una educación en condiciones
para todos los huérfanos.
Contó para ello con la
ayuda de unas religiosas tailandeses, las Hermanas Amantes de la Cruz, y de
la ONG lasaliana española Proyde.
En dos videos se nos van a contar las peripecias del
proyecto: cómo surgió, en que consistió y qué resultados ha dado. Son los propios protagonistas quienes narrarán
sus historias, la evolución de sus vidas, sus sensaciones en estos momentos.
Un bello ejemplo de colaboración
apostólica interreligiosa e intercongregacional, en una tierra arrasada por
un tsunami del que pocos se acuerdan ya. Hay, con todo, algunas personas que,
por distintos motivos, nunca podrán olvidarlo.
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