El Hermano Fermín
Gainza falleció en su Argentina natal hace ahora hace tres años y medio, a
la venerable edad de 91 años. Hombre de
fe profunda y lasaliano convencido, el Hermano Fermín se dedicó durante
largos años, entre otros empleos menos significativos, a la formación de
Hermanos; como director del noviciado de su tierra natal primero, y por toda
Latinoamérica, e incluso Roma, después.
El Hermano Fermín destacó como poeta, escultor y sobre todo, pintor. De esta última faceta se
proponen en esta misma página varias muestras, de las innumerables que se podrían
aportar.
Sin embargo, aquí nos vamos a centrar, más bien, en su
faceta de poeta. Deseamos destacar, en concreto, una polémica, que no resolveremos en absoluto, por supuesto, pero de la
que queremos que quede constancia. Una constancia que, por otra parte, es muy
conocida entre sus amigos y personas más cercanas.
Porque, en efecto, circula por ahí, en publicaciones y
folletos -también profusamente en
internet- un bello poema titulado “Educar”. En lo que a su autor respecta, lo
habitual es ver indicado que se trata del conocido poeta vasco Gabriel Celaya (1911-1991), un nombre que, ciertamente,
dignifica la innegable categoría literaria de los versos, empapados de una extraña
capacidad evocadora, así como de hermosas imágenes y metáforas referidas a la
educación.
Amigos del Hermano Fermín Gainza y buenos conocedores de su
obra, por el contrario, niegan que esa poesía sea de Gabriel Celaya e insisten
en atribuir su autoría al Hermano Fermín. Y este sería el objetivo primordial
del presente post: dejar bien sentado que, de acuerdo con diferentes indicios, el autor del poema “Educar” -que proponemos al final de estas líneas- podría
ser el Hermano Fermín Gainza.
Objetivamente, tal vez, parecería que atribuir el poema a
nuestro Hermano le quitaría un poco del lustre literario que siempre aporta a
cualquier texto una firma famosa. Pero quienes conocieron al Hermano Fermín, quienes
saben de la excelsa calidad humana, cristiana y lasaliana que atesoraba su
persona, no tienen ninguna duda en asegurar que poner la firma del Hermano
Fermín al pie del poema “Educar” supone cargarlo
de un impresionante plus de profundidad existencial, confianza en la educación
y excelencia humana, cristiana y lasaliana, que en nada desdice de la calidad
literaria de sus versos.
A falta de prueba más concluyentes, para los lasalianos de
todas partes el poema “Educar” es, pues, una obra lasaliana que debemos
atribuir al genio poético del Hermano Fermín Gainza.
Sírvanos, en primer lugar, la lectura del poema “Educar” para traer a nuestra memoria el recuerdo del Hermano Fermín Gainza. Y a continuación, a modo de disfrute de
la poesía del Hermano Fermín, y también para poder comparar, en cierta medida,
los estilos de ambos poemas, proponemos un segundo poema del que estamos seguros
que nació de la mano y el alma del Hermano Fermín, porque apareció manuscrito
entre sus objetos personales después de su muerte, y que se podría titular “Los tres ejes de nuestra vida”.
Educar
Educar es lo
mismo
que poner
motor a una barca;
hay que medir,
pesar, equilibrar,
y poner todo
en marcha.
Para eso,
uno tiene que
llevar en el alma
un poco de
marino,
un poco de
pirata,
un poco de
poeta,
y un kilo y
medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno
trabaja,
que esa barca,
ese niño
irá muy lejos
por el agua.
Soñar que ese
navío
llevará
nuestra carga de palabras
hacia puertos
distantes,
hacia islas
lejanas.
Soñar que
cuando un día
esté durmiendo
nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.
Los tres ejes de nuestra vida
Quiero explicarte,
Hermano,
amigo,
compañero,
cómo enfoca La Salle
nuestra obra.
Él dice simplemente
que la historia
salvadora
se realiza aquí
y ahora.
1. Que Dios está
operando desde el alba
en nuestra cosa.
Que su mano divina
“toca
el corazón” de los
Hermanos de que ellos a su impulso
se abandonan
a la ola
del Espíritu Santo que
los lleva
a poner sin demora
los dones que Él les da
en obra.
2. Que Cristo los
envía
a encarnarse en la
ronda
de los pobres que
esperan y en su lengua
anunciarles la aurora
de la Buena Noticia
que transforma
su vida y la abre a la
esperanza
redentora.
3. Que el Espíritu
Santo los reúne
en la fraternidad
educadora
donde se evangelizan
mutuamente
para ser, por su
presencia sola,
frente a los jóvenes,
testigos evangélicos
que los entroncan
en la Iglesia
para seguir y culminar
la historia.
Un buen amigo del Hermano Fermín Gainza, que sabe bien de qué habla, me comenta que los dos poemas que hemos traído aquí fueron publicados en el mismo libro, hecho en vida de Fermín, aunque ambos nacieron con más de treinta años de distancia y vieron su primera publicación en dos revistas diferente.
ResponderEliminarAmigos, dos cosas. 1. Tenía entendido que el hermano Santiago Fermín era chileno de origen, aunque vivió muchos años en la Argentina. 2. El poema Educar es suyo. a) Recuerdo haberlo leido en una revista lasallana que me alcanzó un amigo y que venía con un dibujo del propio hermano. b)El poema figura, además, en su libro de poemas "Casi puro rezo", Buenos Aires, editorial sTELLA, 1982. c) Atribuírselo a Gabriel Celaya, como aparece en Internet, es una burrada: el poema no coincide ni en la temática social del poeta vasco ni tampoco con su estilo. Varias veces he hecho estas aclaraciones por Internet. Un abrazo.
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