jueves, 11 de septiembre de 2014

Poner motor a una barca

El Hermano Fermín Gainza falleció en su Argentina natal hace ahora hace tres años y medio, a la venerable edad de 91 años. Hombre de fe profunda y lasaliano convencido, el Hermano Fermín se dedicó durante largos años, entre otros empleos menos significativos, a la formación de Hermanos; como director del noviciado de su tierra natal primero, y por toda Latinoamérica, e incluso Roma, después.

El Hermano Fermín destacó como poeta, escultor y sobre todo, pintor. De esta última faceta se proponen en esta misma página varias muestras, de las innumerables que se podrían aportar.

Sin embargo, aquí nos vamos a centrar, más bien, en su faceta de poeta. Deseamos destacar, en concreto, una polémica, que no resolveremos en absoluto, por supuesto, pero de la que queremos que quede constancia. Una constancia que, por otra parte, es muy conocida entre sus amigos y personas más cercanas.

Porque, en efecto, circula por ahí, en publicaciones y folletos  -también profusamente en internet-  un bello poema titulado “Educar”. En lo que a su autor respecta, lo habitual es ver indicado que se trata del conocido poeta vasco Gabriel Celaya (1911-1991), un nombre que, ciertamente, dignifica la innegable categoría literaria de los versos, empapados de una extraña capacidad evocadora, así como de hermosas imágenes y metáforas referidas a la educación.

Amigos del Hermano Fermín Gainza y buenos conocedores de su obra, por el contrario, niegan que esa poesía sea de Gabriel Celaya e insisten en atribuir su autoría al Hermano Fermín. Y este sería el objetivo primordial del presente post: dejar bien sentado que, de acuerdo con diferentes indicios, el autor del poema “Educar”  -que proponemos al final de estas líneas-  podría ser el Hermano Fermín Gainza.

Objetivamente, tal vez, parecería que atribuir el poema a nuestro Hermano le quitaría un poco del lustre literario que siempre aporta a cualquier texto una firma famosa. Pero quienes conocieron al Hermano Fermín, quienes saben de la excelsa calidad humana, cristiana y lasaliana que atesoraba su persona, no tienen ninguna duda en asegurar que poner la firma del Hermano Fermín al pie del poema “Educar” supone cargarlo de un impresionante plus de profundidad existencial, confianza en la educación y excelencia humana, cristiana y lasaliana, que en nada desdice de la calidad literaria de sus versos.

A falta de prueba más concluyentes, para los lasalianos de todas partes el poema “Educar” es, pues, una obra lasaliana que debemos atribuir al genio poético del Hermano Fermín Gainza.

Sírvanos, en primer lugar, la lectura del poema “Educar” para traer a nuestra memoria el recuerdo del Hermano Fermín Gainza. Y a continuación, a modo de disfrute de la poesía del Hermano Fermín, y también para poder comparar, en cierta medida, los estilos de ambos poemas, proponemos un segundo poema del que estamos seguros que nació de la mano y el alma del Hermano Fermín, porque apareció manuscrito entre sus objetos personales después de su muerte, y que se podría titular “Los tres ejes de nuestra vida”.


Educar

Educar es lo mismo
que poner motor a una barca;
hay que medir, pesar, equilibrar,
y poner todo en marcha.

Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que esa barca,
ese niño
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera
enarbolada.


Los tres ejes de nuestra vida

Quiero explicarte, Hermano,
amigo,
compañero,
cómo enfoca La Salle nuestra obra.

Él dice simplemente
que la historia salvadora
se realiza aquí
y ahora.

1. Que Dios está operando desde el alba
en nuestra cosa.
Que su mano divina
“toca
el corazón” de los Hermanos de que ellos a su impulso
se abandonan
en la fe
a la ola
del Espíritu Santo que los lleva
a poner sin demora
los dones que Él les da
en obra.

2. Que Cristo los envía
a encarnarse en la ronda
de los pobres que esperan y en su lengua
anunciarles la aurora
de la Buena Noticia
que transforma
su vida y la abre a la esperanza
redentora.

3. Que el Espíritu Santo los reúne
en la fraternidad educadora
donde se evangelizan mutuamente
para ser, por su presencia sola,
frente a los jóvenes,
testigos evangélicos
que los entroncan
en la Iglesia
para seguir y culminar la historia.


2 comentarios:

  1. Un buen amigo del Hermano Fermín Gainza, que sabe bien de qué habla, me comenta que los dos poemas que hemos traído aquí fueron publicados en el mismo libro, hecho en vida de Fermín, aunque ambos nacieron con más de treinta años de distancia y vieron su primera publicación en dos revistas diferente.

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  2. Amigos, dos cosas. 1. Tenía entendido que el hermano Santiago Fermín era chileno de origen, aunque vivió muchos años en la Argentina. 2. El poema Educar es suyo. a) Recuerdo haberlo leido en una revista lasallana que me alcanzó un amigo y que venía con un dibujo del propio hermano. b)El poema figura, además, en su libro de poemas "Casi puro rezo", Buenos Aires, editorial sTELLA, 1982. c) Atribuírselo a Gabriel Celaya, como aparece en Internet, es una burrada: el poema no coincide ni en la temática social del poeta vasco ni tampoco con su estilo. Varias veces he hecho estas aclaraciones por Internet. Un abrazo.

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