Precursores de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (3)
Juan Amós
Comenio (1592-1670) fue un pensador y pedagogo de origen checo que trabajó en varios
países europeos. Convencido del trascendental papel de la educación en el
desarrollo de la persona, Comenio escribió una obra de gran impacto en su
época, que tituló Didáctica magna y
le ha valido el título de ‘Padre de la Pedagogía ’.
En la citada obra, nuestro pedagogo
preconiza una organización completa de la educación, a partir de la escuela maternal,
que para él es el hogar familiar, cuya maestra es la madre, hasta las ‘academias’,
especie de universidades donde las élites intelectuales habrían de recibir una
formación de acuerdo con la exigente misión social que se les iba a encomendar al salir de ellas.
Según
Comenio, nadie deber ser
excluido de la educación, pues se trata del principal camino para llegar a ser
una persona de verdad. En consecuencia, a partir de este criterio, todas las
personas deben ser acogidas como candidatas a formarse en plenitud, lo que
significa que nunca se debería menospreciar educativamente a quienes les cuesta
más trabajo asimilar las cosas. Para conseguirlo, habrá que explicar las
materias de acuerdo con la capacidad de cada persona.
En línea con estos planteamientos, en el esquema escolar de Comenio cada
pueblo, por pequeño que fuera, debía disponer de dos escuelas, una elemental y
otra más avanzada, cuyo objetivo primordial, que compartirían ambas, sería el
de preparar de forma integral a los alumnos para desenvolverse en la vida como
lo que son: personas e hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza,
invitados a grandes metas en la vida. Comenio proponía un solo maestro en cada
escuela, trabajando en la lengua materna de los alumnos y utilizando unos pocos
libros de apoyo. Los alumnos de estas escuelas habrían de ser niños y niñas de
entre diez y trece años, sin diferencia de clase social, desde el plebeyo hasta
el noble.
En
el ‘plan de estudios’ —concepto que
Comenio fija definitivamente y utiliza con profusión— de sus escuelas se puede encontrar la lectura
de manuscritos y de textos impresos, la escritura, el cálculo, las técnicas y
sistemas de medida, el canto, nociones de geografía y cosmología, pasajes
escogidos de la Biblia ,
oraciones... También se proponía un poco de trabajo manual y, en definitiva,
una iniciación a los distintos oficios. Todo sobre la base de una concepción
integral de la educación, que llevaba a cultivar la inteligencia, la memoria,
la fuerza física, la observación, el buen juicio... Para Comenio los chicos y
chicas no necesitaban tanto memorizar muchas teorías, cuanto capacidad de
observación y de discernimiento; ello les evitaría caer en los errores más
groseros.
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Universidad 'Comenius', de Bratislava (Eslovaquia) |
En
cuanto a la educación en el comportamiento, Comenio, cristiano convencido, la
dejaba en manos de la religión, que también tenían un lugar importante en las
actividades escolares. Hasta tal punto es así que un especialista ha escrito
que “pese a sus análisis sistemáticos y a la pertinencia de sus observaciones, la Didáctica magna de Comenio, en el fondo, no es
sino una teología práctica”.

Hermano Josean Villalabeitia
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