lunes, 23 de abril de 2018

El Buen Pastor en clave lasaliana

En estos días de Pascua, en los que las lecturas litúrgicas nos recuerdan la hermosa figura del Buen Pastor, qué menos que releer y meditar otra vez la hermosa meditación de san Juan Bautista De La Salle sobre el Buen Pastor como modelo para los maestros cristianos


Para el domingo segundo de Pascua (Jn 10,11-16)
Del modo como deben proceder los maestros con respecto a sus escolares

MD 33,1,1 Punto I
Jesucristo, en el evangelio de este día, compara a quienes tienen cargo de almas con el buen pastor, que cuida con esmero de sus ovejas; y una de las cualidades que ha de tener, según el Salvador, es conocerlas a todas1, distintamente. Este ha de ser también uno de los principales cuidados de quienes están empleados en la instrucción de otros: saber conocerlos y discernir el modo de proceder con ellos. Pues con unos se precisa más suavidad, y con otros más firmeza; algunos requieren que se tenga mucha paciencia, y otros que se les aliente y anime; a algunos es necesario reprenderlos y castigarlos para corregirlos de sus defectos; y hay otros sobre los cuales hay que vigilar continuamente, para evitar que se pierdan o extravíen.

     cargo de almas, conocerlos  y tratarlos como cada cual requiere...

MD 33,1,2 
Este proceder depende del conocimiento y del discernimiento de los espíritus. Es lo que debéis pedir a Dios a menudo e insistentemente, como una de las cualidades que más necesitáis para guiar a aquellos de quienes estáis encargados.
     
     oración de petición de ayuda en nuestro ministerio...   

MD 33,2,1 Punto II
También es necesario, dice Jesucristo, que las ovejas conozcan a su pastor2, para poderlo seguir. Dos cosas necesitan los que tienen dirección de almas, e incluso deben sobresalir en ellas. En primer lugar, mucha virtud para servir de ejemplo a los demás, pues éstos no podrían por menos que extraviarse al seguirlos, si ellos mismos no estuviesen en el camino verdadero.

En segundo lugar, debe manifestarse en ellos especial ternura con las almas que les están confiadas, de modo que sean muy sensibles a todo lo que pueda afectar o herir a sus ovejas. Esto es lo que mueve a las ovejas a amar a su pastor y a complacerse en su compañía, porque encuentran en ella su descanso y su alivio.

 MD 33,2,2 
¿Queréis que vuestros discípulos practiquen el bien? Practicadlo vosotros mismos, pues les convenceréis mucho mejor con el ejemplo de una conducta juiciosa y modesta que con todas las palabras que pudierais decirles. ¿Queréis que guarden silencio? Guardadlo vosotros. No los haréis modestos y comedidos
sino en la medida en que vosotros lo seáis.

     la importancia del ejemplo, la ternura...

MD 33,3,1 Punto III
Las ovejas de Jesucristo tienen también obligación de escuchar la voz de su pastor3. Es, pues, deber vuestro enseñar a los niños que os están confiados, y es deber de cada día. Escucharán vuestra voz, porque debéis darles instrucciones adecuadas a su capacidad, sin lo cual les serían poco útiles. Por esta razón tenéis que esforzaros y formaros para hacer comprender bien vuestras preguntas y respuestas durante los catecismos, para explicarlas con claridad, y para utilizar palabras de fácil comprensión.

En vuestras exhortaciones tenéis que mostrarles con sencillez sus faltas; ofrecerles los medios para corregirse de ellas; darles a conocer las virtudes que les convienen y hacerles ver que resultan fáciles; e inspirarles sumo horror al pecado y el alejamiento de las malas compañías. En una palabra, hablarles de cuanto puede moverlos a la piedad. Así es como deben escuchar los discípulos la voz de su maestro.

     adaptarse al nivel de los alumnos, la importancia del consejo...

MD 33,1,1: 1 Jn 10,14. – MD 33,2,1: 2 Jn 10,14. – MD 33,3,1: 3 Jn 10,16.



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